Alina es una mujer empoderada y apasionada por la astrofísica. Sueña con ir al espacio y abrir la carrera de astronomía en Bolivia. Fue la primera participante boliviana seleccionada para el desafío Human Exploration Rover Challenge organizado por la NASA.
Por Roxana Jiménez y Fernando Figueroa
La joven, de 23 años, está a un semestre de culminar la carrera de Ingeniería Mecánica en Estados Unidos. Es amante del aeroespacio y fue recientemente invitada vip al lanzamiento de la misión Artemis I de la Nasa.
Alina Santander Vinokurova aprendió a manejar un motorizado lunar antes que el auto de sus padres. La joven de 23 años fue la primera participante boliviana seleccionada para el desafío Human Exploration Rover Challenge organizado por la NASA. Actualmente es pasante de Ingeniería Mecánica en InstaHub y estudiante en Vaughn College of Aeronautics and Technology, de la que en un semestre más se gradúa.


Alina recuerda que a sus 7 años, después de pasar cursos de ballet, deportes y cine, se quedó encantada por las ciencias exactas. “Uno siente cuando algo le apasiona, eso me paso. Sentía que afuera había algo más de lo que nosotros conocemos a nuestro alrededor”, cuenta a Periodista Virtual en una entrevista que responde desde New York, donde ahora estudia. Desde este lugar estudia y trabaja arduamente y es tomada en cuenta para importantes eventos espaciales como el lanzamiento de la misión Artemis I de Nasa. La invitación vip le llegó a la boliviana a través International Space Education Institute y Ralf Heckel, por haber trabajado con ellos durante varios años.
A los 15 años Alina ya se encontraba viajando a Alemania. Aún ella no lo sabía, pero en ese país empezaría a hacer sus metas realidad y podría ser parte de esos logros que sus padres le contaban de pequeña. “Mis padres siempre leían noticias e investigaciones sobre este tema”, recuerda. Desde pequeña le enseñaron a ser independiente y le dieron la confianza. “No conocía a nadie en Alemania y fue ese acto de fe por parte de mis padres que cambió mi vida”, manifiesta.


Alina a sus 17 años estaría recibiendo la medalla de oro en astronomía y astrofísica de las Olimpiadas Científicas Estudiantil, mérito que logró por su curiosidad científica y por hablar español, inglés, alemán y ruso . “Hablar muchos idiomas me permitió hacer conexiones significantes con personas de diferentes países y me abrió puertas”, puntualiza. Un de sus frases que la representa es: “Tú vives la vida de los idiomas que hablas”.
Debido a su formación e inquietud muchas organizaciones le abrieron sus puertas, entre las que estuvo una empresa de elevadores. “Ellos me dijeron eres una gran candidata para nosotros, pero queremos saber qué te apasiona y les dije que me gusta elevar a las personas, pero no al siguiente piso, sino fuera de este planeta”, cuenta y sonríe.


Alina supo que necesitaba trabajar en el aeroespacio para ser feliz. “Si me ponen a hacer algo como un auto, lo puedo hacer, pero no voy a estar tan emocionada como si hiciera un cohete o un satélite”, expresa la joven que creció en La Paz y estudio Física en la Universidad Mayor de San Andrés.
Desde pequeña sabía que algo había afuera, y se enfocó en buscar “su espacio en el espacio”. El camino en Estados Unidos por ser estudiante extranjera no es fácil. “Aquí la mayoría de las compañías requieren que seas ciudadana estadounidense para contratarte. Yo sigo estudiando, pero ya necesito encontrar un trabajo”, señala y añade que en este tiempo busca abrirse camino en la aviación.


Alina Santander Vinokurova recibió dicha distinción, siendo la primera estudiante de Vaughn College y la primera boliviana en obtenerlo.
Para Alina estudiar fuera del país es una experiencia que recomendaría sin dudar a los jóvenes. “Ganar conocimientos en otros lugares estimula los sentidos, se conoce un ambiente distinto, y se puede mejorar lo que tienes. Además, conoces mucha gente”, puntualiza.
En su caso, en una de las tantas conferencias a la que asistió, conoció a la primera astronauta hispana, Elena Ochoa. “Son momentos de inspiración cuando uno habla con personas que trabajan en el ámbito en el que quieres trabajar”, describe.


(Foto: RRSS Alina S. Vinokurova)
A la joven científica, que además es conferencista, le gustaría llegar al espacio para llevar un experimento o hacer un estudio. “Me gustaría también diseñar el interior de las naves, ver la parte técnica y estética”, indica. Mientras, este objetivo se cumpla, ella piensa especializarse en aviones tipo taxi. “Ya no hay mucho espacio para autos en New York, entonces se está pensando en estos motorizados para llevar a dos pasajeros de edificio a edificio”, explica.
La participación de la mujer en esta área aún es escasa. “En muchas ocasiones me toca ser la única mujer en los grupos de los proyectos”, comenta la joven. Y si bien es un camino difícil, la motiva el efecto que puede tener en otros jóvenes. “Me escriben y me preguntan cómo pueden hacer lo mismo, y a veces sin preguntar veo que hacen cosas similares”, subraya.


(Foto: David Becker)
A raíz del interés de otros jóvenes y su espíritu filántropo inició un proyecto a través de una agencia que ofrece asesoría para ingresar a universidades en EEUU, Alemania o España. “Se trata de llevar a una generación al camino del progreso”, comparte Alina, que no duda en dar consejos a quién le escriba mediante su página personal y a su comunidad en redes sociales como Facebook e Instagram denominada Bolivia al espacio.
La comida, la calidez, las personas y su familia en Bolivia es lo que más extraña la joven, que trabaja horas extras para solventar sus estudios. “Quiero volver a Bolivia para empezar proyectos que estén ligados al aeroespacio. Quiero abrir una carrera de astronomía en el país”, manifiesta.


Foto: RRSS Alina S. Vinokurova
Alina es integrante de la Sociedad de ingenieras en Estados Unidos, que apoya al empoderamiento de las mujeres en este ámbito y hace conexiones para conseguir un puesto para sus asociados. También participa de conferencias, a las que accede con becas. Reciamente ganó un premio con su proyecto en la que se inspiraron en el quirquincho.
La Asociación de Ingenieros Hispanos es otra institución de la que es parte la amante del espacio. “Las metas se cumplen cuando la oportunidad se encuentra con la preparación. Caminen a su sueño, prepárense, lean, investiguen, hagan contactos, o apliquen a becas”, aconseja Alina.