Periodista Virtual hace un repaso del deporte amateur en Bolivia durante la gestión 2022. El apoyo es mínimo, si se tiene en cuenta las paupérrimas condiciones en que se encuentra el deporte amateur en Bolivia, con asociaciones y federaciones casi abandonadas a su suerte. Además, el costo de la preparación muchas veces es más alto, lo que obliga a los deportistas a entrenar a medias o a buscar otros ingresos por su parte
Escrito por Adhemar Manjón
El 9 de enero, el deporte boliviano recibió una noticia muy grata: el raquetbolista chuquisaqueño Conrrado Moscoso llegaba al primer lugar en el ranking mundial de la International Ráquetbol Tour (IRT). Esto después de su exitosa participación en el torneo Longhorn Open, que se llevó a cabo en Estados Unidos días antes, donde Moscoso obtuvo el subcampeonato en singles. Los puntos obtenidos en el torneo le bastaron para escalar a la cima del ranking, por encima de otros deportistas en este deporte (el top cinco está poblado de mexicanos y estadounidenses).
Moscoso lleva en el raquet desde los 12 años (actualmente tiene 27) y este nuevo logro cierra lo que fue un 2022 muy importante para su carrera, ya que en agosto pasado ganó el Campeonato Mundial de Ráquetbol, que se llevó a cabo en México, en la categoría Open. Meses antes había logrado el campeonato panamericano. En 2019 logró la medalla de oro en los Juegos Panamericanos realizados en Lima (Perú), la primera de la historia para el país en estos juegos.
Moscoso es uno de los ‘monstruos’ bolivianos del raquet, una disciplina que, al igual que los otros deportes amateurs en el país, no cuenta con el debido apoyo de las instituciones públicas y privadas. Bolivia pisa fuerte a nivel mundial desde hace décadas, sin embargo, los recursos gubernamentales nunca fueron fáciles de conseguir para las distintas generaciones, desde la época de Carola Loma y Ricardo Monroy, hasta los actuales, entre los que están Roland Keller, Jenny Daza, Natalia Méndez y Angélica Barrios, todos ellos con importantes triunfos fuera de nuestras fronteras.
De hecho, María José Vargas, una de las mejores raquetbolistas bolivianas, decidió irse en 2017 a Argentina a competir por este país, ya que le ofrecieron mejores condiciones para entrenar, además de recibir un estipendio mensual.
Actualmente, Conrrado Moscoso, Angélica Barrios, Roland y Carlos Keller, Micaela Meneses y Kadim Carrasco forman parte del LBCTeam, una iniciativa de la empresa de seguros La Boliviana Ciacruz, que desde hace unos años les da un respaldo económico al grupo que ha denominado “las raquetas de oro”.
El ráquetbol, de lejos, es el deporte que más glorias le ha dado a Bolivia en el último tiempo.
Ganar para ser olvidado
Los primeros días de enero el deporte boliviano también recibió otra noticia, la de la partida del corredor orureño David Ninavia a Estados Unidos para buscar un nuevo rumbo en su carrera. Ninavia, de 19 años, ha obtenido medallas de oro y de plata en juegos panamericanos para menores de 23 años, en 2021 y 2022, pero a pesar de ser una gran promesa es poco lo que ha recibido para continuar entrenando en Bolivia, por eso escogió emigrar a Norteamérica y seguir capacitándose en la Universidad Baptista de California.
Ninavia consiguió la medalla de plata en los 1.500 metros en los Juegos Bolivarianos de Valledupar (Colombia), realizados en julio del año pasado. Desde entonces, según contó su entrenadora Nemia Coca en una entrevista en el diario Página Siete, empezó a recibir ofertas para continuar su carrera fuera del país, algo que Ninavia no quería, pero al final esa falta de apoyo lo obligó a aceptar; a pesar de eso, Coca explicó que el joven atleta seguirá compitiendo por su país natal. Según Coca, Ninavia se quedará en Estados Unidos por cuatro años, donde además de entrenar en las instalaciones de la universidad recibirá 800 dólares mensuales de sueldo.
Coca también es entrenadora de otro “hijo del viento” orureño, Héctor Garibay, que en 2021 hizo noticias dos veces: en octubre de ese año ganó la maratón de Buenos Aires y el último día de diciembre quedó tercero en la mítica maratón de San Silvestre, que se corre cada año en San Pablo (Brasil).
El año pasado, Garibay obtuvo la medalla de plata en los 10.000 metros en los Juegos Bolivarianos de Valledupar (la de oro fue para otro boliviano: Vidal Basco), pero su mente estaba puesta en otra competición: el Campeonato Mundial de Atletismo que se llevó a cabo en Oregón (Estados Unidos), en julio. Allí, el atleta orureño participó de la maratón de 42 Km, donde se situó en el 36º lugar -entre 63 participantes-; además de ser el tercer mejor sudamericano en el total.
El Mundial de Atletismo le sirvió a Garibay para ver que en Bolivia estamos lejos de tener una buena preparación que les permita a los deportistas tener mejores condiciones para pelear puestos más importantes. En una entrevista al otro día de los 42 Km, Garibay manifestó sobre los otros participantes que “la mayoría de ellos van con un equipo completo. Para ellos hay alguien cada cinco kilómetros que los esperan con agua. A mi estaba alguien en el kilómetro 15, y después si quería agua yo tengo que buscar y levantar (perdiendo valiosos segundos y envión en la carrera)”.
Garibay agregó también que necesitan más apoyo de las autoridades y empresas. “Nos ayudan algo, pero solo para material deportivo, para vivir el día a día no tenemos”, dijo Garibay, que es conocido porque antes de dedicarse por completo al atletismo trabajaba de taxista.
Vidal Basco es otro corredor de élite orureño. Además de la medalla de oro en los Bolivarianos de Colombia ganó el primer lugar en la Media Maratón de Medellín (Colombia), que se realizó en septiembre. Vasco recorrió los 21 Km en una 1 hora, 4 minutos y 23 segundos.
Otras disciplinas con triunfos
En agosto, una delegación de esgrimistas bolivianos viajó a Perú para participar del Campeonato Panamericano de Esgrima y consiguió tres medallas de oro, colocándose tercera en el medallero final. Cristina Ribera fue la mejor en la categoría Pre-veterano, en arma florete, obteniendo la presea dorada. Además, Ribera ganó la medalla de bronce en sable.
Sara Romero también consiguió oro en la categoría Infantil A, en sable. La tercera medalla dorada la consiguió Saúl Saavedra, en florete masculino veterano.
Al final del torneo, Bolivia sumó 10 medallas: tres de oro, cuatro de plata y tres de bronce, lo que la ubicó en la tercera posición del medallero, entre 14 países.
Meses después, en octubre, en nuestro país se organizó el Campeonato Sudamericano de Esgrima para las categorías precadete, cadete y juvenil, donde el equipo femenino de sable consiguió la medalla de oro, en el encuentro final en el que enfrentó a Argentina. Las esgrimistas Rafaela Bonadona, Sarah Endara, Camila Torrico y Constanza García se colgaron la presea.
En los Juegos Bolivarianos de Valledupar, la delegación boliviana obtuvo dos medallas de oro. Además de la de Vidal Basco, la otra presea dorada fue obtenida por la dupla Anahí Rocha y Mariana Espejo, en la disciplina de trampolín sincronizado. Al final de los juegos, Bolivia terminó en el medallero con dos preseas de oro, seis de plata y seis de bronce.
En tanto que la atleta montereña Sol Sandoval ganó la medalla de oro en karate en los III Juegos Sudamericanos de la Juventud, realizados en Rosario (Argentina) en mayo. La karateca logró medalla de oro para Bolivia en la categoría -53 kilogramos.
Semanas atrás, en abril, otro karateca boliviano, Amir Rodríguez, obtenía el primer lugar en el XX Sudamericano Cadetes, en la categoría 14-15 años del peso -52 kilogramos. Mientras que Manuel Olguín fue campeón en 12-13 años.
En el abandono
2022 también llamó la atención por los distintos medios que buscaron los deportistas amateurs para costearse sus viajes y así poder competir fuera de Bolivia. En mayo se hizo viral la noticia de que la campeona cruceña de salto alto, Lorena Ríos, y su entrenador, David Cortez, estaban vendiendo queques para asistir al Campeonato Iberoamericano de Alicante (España). La pareja necesitaba $us 2.600 dólares y querían recaudarlos de esa manera. Se supo que antes ya habían logrado viajar a Colombia con esta operación.
La Federación Boliviana de Atletismo solo podía pagar los costos de ocho deportistas que iban a viajar a España, Ríos quedó fuera de esa delegación oficial por eso optó por la venta de queques. Finalmente, la Gobernación cruceña se hizo cargo de pagarle los pasajes a Ríos y Cortez. Desafortunadamente, otros atletas no corrieron con la misma suerte y se quedaron sin viajar.
En septiembre hizo noticia el judoca sucrense Alejandro Zamudio, que ofrecía sándwiches de pollo para viajar a Perú a un torneo. Además de comprarle el producto, la gente le hizo algunos depósitos económicos, y por el impacto de esta noticia algunas autoridades se ofrecieron en ayudarlo para que logre su objetivo.
En julio del año pasado, el viceministerio de Deportes, a la cabeza de Cielo Veizaga, informaba que el programa Tunkas de apoyo a deportistas era relanzado para el beneficio de 32 deportistas. Este apoyo es un trabajo conjunto entre el viceministerio, el Comité Olímpico Boliviano (COB) y Boliviana de Aviación (BOA).
El programa nació hace nueve años y otorga diferentes montos económicos a atletas de diferentes disciplinas. Entre los beneficiados están la tiradora Jéssica Velasco, los atletas Ángela Castro, Vidal Basco y Héctor Garibay; los nadadores Karen Tórrez y José Quintanilla. Ellos están en la categoría A y recibirán $us 750 al mes hasta los Juegos Olímpicos de París en 2024.
En la categoría B están los ciclistas Abigail Sarabia y José Manuel Aramayo, la arquera Camila Paredes, la gimnasta Fabiana Abastoflor, el tenismesista Eduardo Lizarazu y el atleta Sebastián Vargas, quienes recibirán $us 500 mensualmente.
El resto de los elegidos recibiría Bs 3.000 hasta diciembre del 2022.
Este apoyo a 32 deportistas sigue siendo mínimo, si se tiene en cuenta las paupérrimas condiciones en que se encuentra el deporte amateur en Bolivia, con asociaciones y federaciones casi abandonadas a su suerte. Además, el costo de la preparación muchas veces es más caro, lo que obliga a los deportistas a entrenar a medias o a buscar otros ingresos por su parte.
Al parecer, 2023 seguirá siendo igual para todos ellos.