El profesor Jacob León Suárez es no vidente, perdió la vista a los 15 años. Su discapacidad no lo retuvo y recién desde esa edad se interesó por la música, con ayuda de un amigo aprendió a tocar guitarra. Con el paso de los años aumentó más su interés por la música y decidió ingresar a estudiar esa especialidad en la Escuela Superior de Formación de Maestros (ESFM) Enrique Finot, de donde se graduó como el primer profesor no vidente con especialidad en música. Aunque le costó conseguir una escuela donde lo acepten, hace tres años con éxito asiste a las aulas a enseñar. Actualmente forma parte del plantel de la unidad educativa Herman Gmeinner, donde es inspiración para la superación de los estudiantes.
No se deja vencer por obstáculos. Jacob contó que poco a poco perdió la visión pero por el apoyo de su familia pudo seguir estudiando. “Perdí la vista pero se me agudizaron otros sentidos, como el oído. Así pude aprender a tocar instrumentos”, aseveró. Empezó con la guitarra pero actualmente
toca al menos cinco entre ellos el acordeón, flauta, zampoña, bombo y otros. Pese a que le costó tanto su formación profesional, al graduarse se enfrentó a otras dificultades, luego de concluir sus años de provincia, los directores de establecimientos en la ciudad no lo querían aceptar en el plantel por temor a que tenga dificultades para enseñar y no pueda desarrollar el programa anual. Estuvo al menos cuatro meses sin trabajo. “Los directores decían ¿Cómo va enseñar?, si no puede ver. Fue duro al inicio”, reconoció. Al ingresar a la escuela donde actualmente enseña, tanto los estudiantes como él se adaptaron. Ellos, por ejemplo, a utilizar siempre diapositivas en las clases (Jacob tiene en su pc un programa de lectura que le permite escuchar todo lo escrito en su computadora, esto le ayuda igual a dar las clases) y también dejar espacios entre pupitres para que Jacob pueda caminar. “Igual aprendieron a ser más honestos en los exámenes. Aunque por precaución siempre viene el regente a ayudarme a vigilarlos”, cuenta entre risas Jacob.
Mientras que el maestro buscó una forma de enseñar las notas musicales, con ayuda de su esposa, Rebeca busca pentagramas ya elaborados para enseñarles a tocar alguna canción en específico.
Para un cumpleaños juntó a un grupo de estudiantes y les enseñó a interpretar la tamborita. El profesor encargado de la dirección, Wálter Yucra, contó que a los pocos meses que se incorporó Jacob los sorprendió, pues para festejar a los cumpleaños del mes formó una pequeña banda de estudiantes y les enseñó a interpretar la tamborita. “Tras que llegó mostró las ganas que tenía de trabajar. Al ritmo de bombos y flautas les enseñó a los estudiantes a interpretar la tamborita”, señaló.
Es evidente la motivación que provoca en sus estudiantes. La escolar de 6to. B, Nayerly Mercado, contó que Jacob le enseñó a tocar flauta hace más de un año. “Él pese a la discapacidad enseña igual que otro profesor. No se ha dejado vencer”, expresó. Otro de sus estudiantes de 5to. A., Jorge Pereira, a quien también le enseñó a tocar flauta, contó que se interesó por la música gracias a Jacob, quien en un ensayo general le dijo que tenía cualidades para este arte y que deseaba enseñarle. “Yo no sabía nada de música. Ahora toco flauta, charango y algo de zampoña. El profesor me enseñó”, explicó.
400 Estudiantes
son los que están en el turno de la mañana en este establecimiento.
Fuente:El dia