El trabajo de recolección de residuos reciclables se viene haciendo desde hace décadas, y las mujeres tienen un gran protagonismo en el mismo. Conozca las historias de algunas de ellas


Escrito por Adhemar Manjón
La ciudad de Santa Cruz de la Sierra, debajo de ese cielo que se precia de ser el más puro de América, es también uno de los sitios que más produce basura a diario en Bolivia. Se estima que son 1.850 toneladas de desechos los que se acumulan cada día, de las cuales un 22% son residuos sólidos reciclables, pero solo un 6,5% llega a reciclarse. El reciclaje es en gran parte posible por las personas que se dedican a la recolección, un trabajo duro y minucioso, donde cada objeto encontrado tiene su valor para las más de 2.000 personas que se dedican a ello. Muchas de esas personas pertenecen a tres redes de la ciudad: Red de Recolectores Santa Cruz, Red Bolivia Unida y Arecicruz, el resto trabaja de manera independiente. Esas tres redes están conformadas por 36 asociaciones.
Un dato interesante es que el trabajo de reciclaje tiene a las mujeres como sus principales operarias. Una investigación de la Fundación PAP indica que de esos 2.000 recicladores el 65, 5% de sus integrantes son mujeres y un 34,5% son varones. Aunque en 2010 el porcentaje de mujeres era más alto: 78%. Probablemente, la falta de fuente de ingresos hizo que más hombres se dediquen a esta actividad.
Otro dato que vale la pena resaltar es que el 48,8% de los recolectores son mayores de 50 años, y el 26,79% por personas de entre 30 y 50 años. Es un dato relevante sobre todo si se toma en cuenta que cada día caminan por día un promedio de 10 km, cargando bolsas o empujando carros.
Desde hace un par de años la Fundación Amigos de la Responsabilidad Social Empresarial (Amigarse) trabaja en la construcción de centros de acopio para colaborar con los recolectores para que consigan un mejor trato económico. De esta manera cada asociación traslada lo que recogen y lo llevan a sus respectivos puntos de acopio, donde va acumulándose hasta llegar a un peso estimable y consiguen mejores precios de venta (ganan más vendiendo por toneladas).
En Periodista Virtual conversamos con algunas de las mujeres que se dedican a la labor de la recolección, algunas llevan más de tres décadas caminando por los distintos barrios de la ciudad con sus bolsas al hombro, ayudando al medio ambiente y viendo que la conciencia de los ciudadanos no cambia mucho sobre este tema tan importante.
Mary Franco
“Me dedico hace como 20 años a esto del reciclaje. Yo llegué a vivir aquí, dentro del Parque Industrial y vi la necesidad que tenía para ayudar en mi hogar, porque mi esposo a veces no tenía trabajo, a veces tenía y no le cancelaban. Él es maestro albañil. Tenemos siete hijos y eran ‘escalerita’ mis hijos. Y uno como madre se preocupa por la alimentación de los hijos y del estudio, sobre todo. Perdí el miedo y me dediqué a reciclar los huesos. Primeramente, huesos y chatarra. Después ya sucesivamente fui conociendo el material, fui viendo que las botellas también se podían reciclar, las latas, los hules, los cartones, las baterías. Todo lo que tiraba la gente. Porque aquí en Bolivia no hay conciencia hasta ahora, siguen tirando por cualquier parte sin darse cuenta que hacemos un gran daño a nuestro propio medio ambiente.
Nosotras somos amadoras del medio ambiente y devastadoras de la basura. A pesar de la pandemia hemos seguido trabajando. Nosotras, como asociación del Parque Industrial 29 de Marzo seguíamos trabajando en pandemia, seguíamos trabajando entregando cartón y PET (botellas de plástico, PET es la sigla en inglés del tereftalato polietileno) a las empresas. El PET se vuelve a hacer materia prima y se reutiliza.


En 20 años la gente ha cambiado muy poco con el tema del reciclaje. No mucho. Como trabajamos dentro del Parque Industrial yo trato de hablar con licenciadas de Medio Ambiente para que concienticen y pasen talleres de capacitación con su misma gente y su mismo personal, para que nos ayuden a sacar un poco más seleccionado el reciclaje, que ya no esté toda una mezcla de basura, meter la mano con los papeles del baño, todo escupido con coca.
Gracias a Dios hay empresas que sí han tomado conciencia y están separando. Para nosotros es un gran avance. Nos gustaría que no solo las empresas sino todas las amas de casa aprendan a separar la basura.


Mis hijos estudian y trabajan en este rubro hasta que ellos puedan tener su profesión. En Amigarse llevamos como 7 meses. Es de gran ayuda para nosotros, porque en mi casa cada vez se mojaba el material y no servía para entregar”.
Evelia Caitú
“Yo me dedico al reciclaje de basura desde hace unos 5 años. Yo antes era cocinera y me enfermé del brazo y tuve que dejarlo. Después ya comencé a salir a reciclar y me gustó. Comencé con uno de mis hijos. Lo hice porque me faltaban los recursos. Un compañero de aquí de la asociación me invitó a venir aquí a Amigarse. Antes yo lo vendía a los terciarios que lo compran más barato. Aquí ya vendo a un mejor precio. Juntamos harto entre todos los compañeros.
Ahora trabajo solo con mi esposo y mi nuera. Trabajamos de 6 de la tarde a 12 de la noche. Lo que recogemos lo selecciono en mi casa y después lo traemos acá. Mi zona es la avenida Alemana y la avenida Beni.


Caminamos un promedio de 10 kilómetros diarios, eso es verdad. Ahora más porque tenemos los carritos, con eso ya nos ayudamos mejor. Aunque nosotros trabajamos en el autito que tiene mi esposo. Ya tenemos personas que nos ven y nos conocen y nos entregan su reciclaje.
Ayudamos al medio ambiente, como también ayudamos a la alcaldía. Para mí, a la edad que yo tengo -54 años-, usted sabe que hay veces que uno no puede encontrar trabajo en una empresa a esa edad. Me siento bien y aquí con mis compañeros queremos lograr una empresa para vender mucho más mejor el precio de la botella, del cartón. Soñamos con ser una empresa.


Yo reciclo más cartón, PET, papel, chatarra, soplo (galones), y latas de cerveza. Tratamos de hacer plata para llegar al mes y tener como un sueldo. Mientras más reunamos mejor. El kilo nos lo pagan a 2 Bs pero mejor si hacemos toneladas para vender. Un kilo puede reunir unas 20 botellas de plástico.
En la pandemia fue complicado porque no salíamos y para el paro de 36 días tampoco podíamos salir, no nos dejan transitar, era difícil.
Como mujeres recicladoras, nos gustaría que seamos más valoradas, porque trabajamos bastante también y este trabajo es difícil”.
Claudia Laura
“Yo llevo 11 años en el reciclaje. Empecé gracias a una capacitación a la que me invitaron de la Fundación PAP. Iniciamos con unas cinco personas en mi grupo, que era la Asociación Los Mangales. La habíamos llamado así porque la mayoría vivíamos en la Radial 19, por ahí queda Los Mangales. Éramos puras mujeres y dos varones. A veces como que nos daba mucha pena hurgar la basura. Nos daba mucha vergüenza cómo nos miraba la gente. Ya una vez capacitándonos, dándonos talleres, nos animamos a cubrirnos un poco más para que no nos reconocieran nuestras amistades, vecinos.
Los recicladores corremos muchos peligros de enfermarnos por la basura, pero yo estoy muy feliz, es un trabajo que me gusta y con este trabajo saco a mi familia adelante. Yo soy mamá de seis hijos. Una de ellas ya está en la universidad. La otra sale este año. Esa es mi fortaleza, poder sacar a mis hijos profesionales y que sean unas personas de bien, para que ellos puedan tener una profesión y no estén como yo en las calles, en la basura, en el sol, en la lluvia. Me siento muy orgullosa de ser una mamá que saca adelante a sus hijos.


Trabajo por la zona de la Radial 19, a veces llegamos hasta el segundo anillo de la Ramada e incluso a veces llegamos al quinto y sexto anillo de la avenida Piraí.
El horario de trabajo lo pongo yo, puedo salir en la mañana o puedo salir después de mediodía, siempre estoy ahí tratando de combinar mis horarios, porque también tengo que estar vigilando a mis muchachos. Cuando es mucha el calor ya me dedico por la noche con el aire fresco. Pero ahora como ha cambiado la rutina del tema del recogido de la basura de la Alcaldía sí o sí tengo que salir en la mañana a partir de las 6 a recoger hasta las 9.
Yo soy de La Paz, vivo en Santa Cruz hace 20 años.


Creo que estamos haciendo una labor muy sacrificada porque corremos el riesgo de enfermarnos y a pesar de eso estamos haciendo un bien al medio ambiente, y la gente y la sociedad no nos ayuda, porque falta concientizar, que la gente sepa separar la basura para que nos hagan más fácil el trabajo. No contaminemos nuestro planeta.
Yo creo que somos unos héroes silenciosos”.
Lourdes Oca Ramírez
“Yo empecé a mis 30 años. Ahora tengo 63 años. Comencé reciclando cartón porque antes no había asociaciones. Al comienzo yo llevaba lo que recogía a Kupel y lo cambiaba por papel higiénico porque era más conveniente. Ese papel yo lo vendía.
Después también recogía huesos, con eso dice que hacían jabón, lo traíamos en carretilla a un galpón que quedaba por acá, por el Parque Industrial, cuando todo esto era monte. Lo traía con una comadre que ya murió.


Antes éramos pocos, ahora ya hay que madrugar para encontrar la basura y escoger el reciclaje. Antes uno a las 7 de la mañana podía empezar a recoger, yo vivía por la Chacarilla y lo hacía por el mercadito y recogía cartones por cantidad. Me acompañaban mis hijos chiquitos, ahora mi hija mayor es recicladora. Y tengo otra hija también recicladora.
Yo soy de la asociación 15 de agosto.
El recojo ha disminuido harto porque hay harto independiente y uno tiene que ayudarse con otra cosa. Los independientes a cualquier precio lo venden por eso es que baja el precio. Claro que tienen derecho, pero la verdad que nos perjudican harto. Muchos son gente que bebe mucho y les vale, con tal que les den un peso ya están felices.


Yo trabajo casi todos los días, solo descanso el domingo porque aparte hago otras cosas para ayudarme también. Yo empiezo a trabajar a las 3 o 4 de la mañana. A veces duermo después del almuerzo. Pero yo prefiero no dormir. Y yo mayormente trabajo con cobre y aluminio. Ahora que me han dado esos carritos estoy juntando botella.
Mi esposo, que en paz descanse, él también trabajaba con plomo, murió hace unos 18 años”
Paula Andrea Rodríguez Méndez
“Yo llevo dos años, soy nueva. Yo comencé a trabajar con mi suegra. Ella me dijo que le ayude y me preguntó si quería entrar a su asociación y me metí con ella a trabajar. Reciclamos por acá, por el Parque Industrial, yo vengo desde donde vivo a ayudarle. Trabajamos desde temprano, desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Yo vivo por la Pampa de la Isla. Me gusta el trabajo, así cuidamos el medio ambiente. Mis dos hijos estudian por acá.


Desde Amigarse nos dan harta ayuda. Nosotros mayormente vamos y recolectamos a las empresas. Lunes, miércoles y viernes sacamos de una empresa que a las 8 de la mañana nos lo entrega, lo que sacamos es hule y chatarra. Vamos directo a las empresas o sino nos vamos a buscar directamente por los barrios, lejos. Ya alguna gente nos conoce. Al principio nos miraban mal, como con desprecio, pero ahora ya cambió porque tenemos chalecos, estamos más presentables. Mi suegra se sacó una moto y esa es nuestra fuente de trabajo”.

