La masculinidad se define como el conjunto de atributos, va lores, comportamientos y conductas, que son característicos del hombre y que la sociedad impone como el “deber ser de un hombre”
En toda esta diversidad de masculinidades, existen y surgen cada vez más, hombres que no se sienten cómodos en su papel de “machos”, se niegan a seguir los mandatos de género tradicionales y rígidos, están dispuestos a cambiar de ideas, a cambiar las formas de relacionarse con las mujeres y con otros hombres; empiezan a reconocerse como seres humanos con fortalezas y debilidades, con emociones, con sentimientos. Quieren alivianar la pesada carga que les impuso el sistema patriarcal y compartido con las mujeres, porque entienden que ello no los hará menos hombres.


Hoy nos encontramos con hombres que entienden que la violencia no es la mejor manera para resolver problemas, sobre todo con su pareja y familia. Dejar de hacerlo l os hará hombres más íntegros, más seguros de sí mismos, no se sentirán en la necesidad y obligación de ejercer autoridad y control.
Esta decisión les plantea el reto de no ser cómplices de actos de violencia en sus familias, comunidades o barrios, ni en sus organizaciones; saben que pueden ayudar a que otros hombres y parejas salgan del círculo de la violencia.
Es preciso reconocer que mujeres y hombres somos producto de una sociedad sexista y machista, de este sistema patriarcal que hace daño también a los hombres, los ha castrado emocionalmente, los condiciona a seguir reproduciendo el modelo masculino tradicional.
En consecuencia, es preciso reconocer y hacer entender a otros hombres que trabajar por relaciones de género más igualitarias, nos beneficia. Si bien se renuncia a ciertos privilegios, no significa perder derechos.


Si quieres conocer más sobre masculinidades e igualdad, te invitamos a conocer y apoyar el trabajo de la Asociación Civil Deconstruir Hombres por la Equidad.