El Festival Cantando por mi Ciudadanía es un proceso que año a año destaca una problemática social (10 años), la cual es abordada desde el HipHop con el fin de contribuir a una solución desde la sensibilización e información, usando el arte como esa herramienta para la transformación social. 2020 destaca la temática: HipHop contra la trata y tráfico de personas.
Luego de una convocatoria virtual propiciando el 10mo festival Cantando por mi ciudadanía, los organizadores decidieron sumarse a una problemática social sensible como es la Trata y Tráfico de personas, es por ello que en esa versión llevó como título “HIPHOP Contra la Trata y tráfico de personas”
Como ya es costumbre del festival, se genera un proceso de diálogo y aprendizaje con personas del movimiento HipHop para compenetrarlos a los temas planteados, luego se genera espacios de asesoría para los interesados en participar, con el fin de ayudarlos a fortalecer sus composiciones y su investigación.
15 propuestas en formato video llegaros, 7 fueron seleccionadas como finalistas y los jurados destacaron a 4, luego de una dura deliberación.
1er lugar. Meraki Clan
2do lugar. Mune
3er lugar. Neviros
4to lugar Kimera
A los premios comprometidos por la institución, se suman más premios gracias a Secuencia Pólvora, Chullpa y By Moesha
1er lugar: Producción musical, arte digital, producción de imagen
2do lugar: Producción musical, arte digital, producción de imagen
3er lugar: Producción musical, arte digital, producción de imagen
4to lugar: Producción musical, producción de imagen
Sobre la problemática
En Bolivia, la trata de personas es un delito cuya visibilización data de la última década y constituye una vulneración a derechos humanos fundamentales como la libertad y la dignidad de un ser humano.
Se ha constatado en muchas regiones del país que el tránsito y destino de las víctimas es del campo a la ciudad y que la mayoría de las víctimas son mujeres adolescentes y jóvenes captadas a través del uso del engaño, seducción, violencia física y psicológica con fines de explotación sexual.
La trata de personas es una de las más crueles formas de ejercicio de la violencia y refleja de manera descarnada la decadencia civilizatoria en lo que se refiere a los valores humanos de nuestro tiempo, ya que vulnera derechos como la libertad, la dignidad, la integridad física, psicológica, mental y afecta, de manera especial, a niños, niñas y adolescentes.
Este delito no solo afecta a las víctimas sino tiene un carácter multiplicador de intranquilidad e incertidumbre en las familias y sociedades donde se presenta. En la última década, las bolivianas y bolivianos hemos comprendido que esta realidad lacerante debe ser conocida, reflexionalizada e internalizada en la sociedad entera y las instituciones para prevenirla, combatirla y castigarla.
La ley contra la trata y tráfico de personas Nro. 263 es un valioso instrumento legal que tiene por objeto: “combatir la Trata y Tráfico de personas, y delitos conexos, garantizar los derechos fundamentales de las víctimas a través de la consolidación de medidas y mecanismos de prevención, protección, atención, persecución y sanción penal de estos delitos” (Ley Nro. 263, Bolivia)
¿Cómo enfrentamos, desde nuestra sociedad y con nuestros propios mecanismos este mal que se esparce por todo el planeta? No existe un sola respuesta, pero con imaginación y creatividad, debemos buscar soluciones. Hay que, en primera instancia denunciar y mostrar las formas en que se presenta en nuestra sociedad, a través de radionovelas y otras formas de comunicación para develar sus daños y generar reflexión en las nuevas generaciones.
Una iniciativa de: Centro San Isidro, Esencial Corp, Periodista Virtual, SONDAS y AURA
Con el Apoyo de: Fundación Levántate Mujer